El experto critica la falta de control de estos dispositivos que a menudo no están en correctas condiciones presentando parches, baterías caducadas o, incluso están encerrados en un armario.
Defiende que los desfibriladores formen parte de la prevención en riesgos, ya que actualmente "los pocos equipos instalados en España no están cumpliendo las normativas" que la SEMST requiere para certificar los espacios cardioprotegidos.
Según Campo instalar desfibriladores permite al igual que con los extintores, reaccionar ante una emergencia en el menor tiempo posible y añade "cada minuto que pasa después de una muerte súbita, las posibilidades de supervivencia se reducen en un 10 por ciento y a partir del séptimo minuto la supervivencia seguramente ira asociada a secuelas derivadas de la falta de riego sanguíneo".
El experto también destaca el poco desarrollo que tiene la cardioprotección en España, no solo a nivel de instalaciones sino también a nivel de conocimiento de técnicas de reanimación cardiopulmonar que tiene la sociedad. En este sentido Campo explica que "solo el 7 por ciento de los españoles sabe cómo realizar esta técnica que en otros países se aprende en las propias escuelas".
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