jueves, 6 de diciembre de 2012

¿Qué es el laringoscopio?

El laringoscopio es un dispositivo que utilizan los médicos para observar la laringe (cuerdas vocales) y la glotis de un paciente. Lo emplean principalmente los especialistas de oído, nariz y garganta para controlar el estado de la glándula tiroides y de la garganta en general.

El laringoscopio fue inventado en 1830 por Benjamin Guy Babington. Esta invención, junto con otras innovaciones que llevó a cabo, constituyen el motivo principal por el que Babington fue nombrado médico del Hospital Guy de Londres en 1837.

El laringoscopio es un tubo largo de plástico con una luz al final. El tubo es flexible para que se pueda insertar con facilidad en la garganta; la luz del extremo permite al médico ver su interior sin dificultad. Como el tubo puede penetrar fácilmente en la garganta, el paciente puede permanecer consciente durante todo el proceso. Esto permite que la caja vocal o laringe pueda ser observada mientras canta o habla.

Existen muchos tipos de laringoscopios, la mayoría con utilidades diferentes a la del estándar. Por ejemplo, hay uno rígido que lleva una hoja en su extremo y se utiliza para la intubación. También está el laringoscopio directo, mucho menos flexible que el original, que hace que resulte más sencillo ver la garganta, pero que puede producir náuseas en pacientes conscientes.

A través del laringoscopio se pueden detectar problemas relacionados con los trastornos de voz, el dolor de oídos o garganta y la dificultad para tragar. Este dispositivo también es útil para examinar cualquier lesión en la garganta que el paciente pueda experimentar.

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