martes, 18 de diciembre de 2012

Salvan la vida tras caer por un barranco de 35 metros de altura cerca de Silos

Los dos ocupantes de una furgoneta que circulaba el martes por la noche en las cercanías de Santo Domingo de Silos volvieron a nacer tras caer por un barranco de más de 35 metros de altura y salvar la vida. 

El accidente se produjo a las 23,40 horas en la BU-910, la carretera comarcal que conecta Silos con Carazo. Al parecer, el conductor se quedó dormido al volante y se salió de la vía para terminar en el fondo de un precipicio. Perdió la consciencia, pero el copiloto, por fortuna, no sufrió ningún daño y pudo dar aviso al 112 desde su teléfono. Lo malo es que la furgoneta no se veía desde la carretera, pues cayó a demasiada profundidad y además era de noche. Menos mal que se le ocurrió tocar el claxon al oír el ruido de los motores de las ambulancias, los bomberos de Diputación y la Guardia Civil. Gracias a ello pudieron localizarles.

J.G.C. y P.M.O.P., de 27 y 37 años de edad, fueron evacuados y trasladados, el primero, al hospital Santos Reyes de Aranda de Duero, donde le fue practicado un escáner, y el segundo, a Lerma. El conductor recuperó la consciencia y fue sometido a un escáner. Su compañero resultó ileso.

El vehículo cayó por un terraplén de 35 metros de altura con una pendiente del 50% de media, por lo que la furgoneta no se veía desde la carretera. Una vez localizada, se puso en marcha el dispositivo de rescate de los dos ocupantes de la furgoneta, que duró cuatro horas.

Los efectivos de emergencias encontraron graves dificultades para atender y llegar hasta los heridos. Entre las 20 personas que se movilizaron -Guardia Civil de Tráfico, bomberos de Diputación y el personal de la UVI móvil de Aranda- actuaron lo más rápido posible.

Los bomberos crearon un pasamanos hasta el fondo del barranco para facilitar la bajada. Al conductor, que había perdido el sentido, lo colocaron en un colchón de vacío -como el utilizado en los rescates de montaña- y gracias a la cadena humana que se formó hasta la carretera, pudo ser ascendido.

Fuentes que participaron en las labores de búsqueda aseguran que evitaron morir de frío gracias a que llevaban los móviles operativos y pudieron avisar. De no ser así, nadie les habría visto en el fondo del barranco, ya que no había marcas de frenadas en la carretera. Solo faltaba uno de los pretiles de piedra que se llevó por delante la furgoneta, pero quizás nadie lo hubiera echado en falta.

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