El fallo, al que ha tenido acceso este periódico considera probado que el niño, de dos años de edad se atragantó con una aceituna cuando se encontraba en el área recreativa del Puente Paulón de La Bañeza el 21 de agosto de 2001, sobre las 20.30 horas. «Como quiera que los padres no consiguieron aliviar el atragantamiento, se dirigieron al Centro de Salud de La Bañeza con la finalidad de obtener ayuda médica urgente. Allí la médico de guardia y la ATS intentaron la expulsión de la aceituna primero provocando la tos del menor, luego por medio de la maniobra de Heimlich y finalmente mediante el uso de un laringoscopio y pinzas de Megill».
«Como quiera que el citado atragantamiento no remitía, y dado que ocluía parcialmente la tráquea, en torno a las 22.00 horas se produjo una parada cardiorrespiratoria del menor al tiempo que llegaban más facultativos (dos doctores) quienes inmediatamente se dispusieron a ayudar a sus compañeros. Se procedió a la intubación endotraqueal y a tras lograr extraer la aceituna se continuaron con las maniobras de reanimación cardiopulmonar. A las 22.30 llegó la UVI móvil que tras estabilizar al menor le trasladó al Hospital de León donde se constató el estado de muerte cerebral del menor». Precisamente poco después de estos hechos se dotó de una UVI móvil permanente al centro de salud y se instaló una base para el helicóptero de Emergencias en Astorga.
La sentencia desestima todos los supuestos de negligencia presentados por los padres del pequeño. «Rotundamente se ha descartado la ineptitud del centro para admitir esa urgencia». Sobre si se tardó más tiempo del necesario en avisar a la UVI 061, la sala entiende que los datos que hay son subjetivos, por lo que no cabe pronunciarse sobre un posible retraso. También consideraba la familia que colocación de una vía intravenosa al menor para sedar al niño y poder trabajar con tranquilidad era procedente. El Magistrado ponente lo rechaza: «Sedarlo hubiera atascado aún más el cuerpo extraño».
No se comparte tampoco la procedencia de la traqueotomía o cricotireotomía. «Son medidas, ciertamente desesperadas y de extraordinario riesgo». Una vez perdió el conocimiento el menor «se consiguió la intubación del mismo y la extracción de la aceituna. Lo cierto es que tras la intubación comenzó a llegar a los pulmones de un modo aceptable. Y el traslado del menor al centro hospitalario antes «hubiese sido una temeridad».
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