Fue un impacto brutal. Los cuerpos fueron lanzados a 40 y 55 metros, respectivamente. «El pobre Pedro apenas tuvo tiempo de decirles a su hermana y su novia que se apartaran, que en el triángulo pintado a franjas de la salida de la A-8 no estaban seguras». Según relataba entre sollozos un familiar, un segundo después las dos mujeres fallecían. El conductor del Nissan Primera salió ileso, pero la niña resultó herida y fue trasladada al Hospital de Cruces por una ambulancia de la DYA.
Pedro, Marimar y Diana volvían a sus casas después de pasar un fin de semana fuera. «Creo que en Pamplona y se disponían a hacer una última parada en Ontón antes de volver a Hoznayo», señalaba un hermano de Pedro y Marimar, hundido por el trágico suceso, y que reconocía que «ahora que acabo de superar un cáncer y que parecía que todo nos empezaba a ir bien, nos pasa esta desgracia».
Estampa dramática
Los cuerpos sin vida de Marimar y Diana tapados con mantas, una pulsera en el suelo a pocos metros, trozos de jabalí esparcidos por la carretera que operarios del servicio de mantenimiento de carreteras estaban retirando - «está deshecho entero», decía uno de ellos-, restos de los vehículos siniestrados, marcas de las frenadas en el suelo y, sorprendentemente, silencio, mucho silencio. La estampa que dejó el trágico suceso era dantesca. Y por la mente de todos los que allí estuvieron las mismas palabras: desgracia y mala suerte. En estado de shock, Pedro fue atendido en una camilla ambulancia funeraria, pero, en ocasiones, levantaba la cabeza para ver lo que estaba sucediendo fuera. A unos metros, en la furgoneta de Atestados de la Guardia Civil, el conductor del Nissan Primera, con la mirada perdida.
Y todo ello mientras los agentes hacían su trabajo midiendo las frenadas de los coches y los sanitarios del 061 y de la DYA guardaban sus equipos e iban abandonando el lugar de los hechos al no poder hacer nada más. Pasadas las ocho de la tarde, los servicios funerarios llegaron para retirar los cuerpos sin vida de Marimar y Diana.
Trágico desenlace
Poco a poco, la salida de la autovía en Ontón recobraba la normalidad, dejando el drama como huella. La carretera se había cobrado dos nuevas víctimas, esta vez, por culpa de un jabalí que irrumpió en la autovía y que originó el trágico desenlace. Marimar y Diana perdieron la vida y el dolor se trasladó a sus familias, que aguardaban su llegada después de haber disfrutado del fin de semana. Un regreso que nunca se producirá y que marcará la vida de Pedro. En la localidad de Hoznayo, en un principio, los vecinos desconocían lo ocurrido, pero la noticia rápidamente se propagó al ser una familia muy conocida y querida en el pueblo.
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